Riesgo de cortes/pinchazos por objetos o instrumental clínico
RIESGO DE CORTES/PINCHAZOS POR OBJETOS O INSTRUMENTAL CLÍNICO
PRIMERA INTERVENCIÓN
Introducción del riesgo
Los profesionales sanitarios, y en especial las enfermeras, trabajamos continuamente en contacto con personas que necesitan cuidados y la aplicación de técnicas que en muchas ocasiones son invasivas. Algunas de las más comunes son aquéllas que requieren la utilización de objetos punzantes y cortantes tales como agujas, catéteres, bisturíes, tijeras… y que por tanto no sólo conllevan riesgo de pinchazo indeseado sino que también resultan peligrosos porque pueden transmitirnos cualquier agente patógeno del paciente al haber estado en contacto con sus fluidos, y exponernos de esta manera a cualquier tipo de infección. Precisamente por esto es uno de los riesgos que más preocupa a los profesionales, ya que se pueden transmitir virus potencialmente peligrosos como el de la hepatitis B (VHB), hepatitis C (VHC) o el de la inmunodeficiencia humana adquirida (VIH). Cabe destacar que el VHB es el causante de la infección más común transmitida por sangre y la única de las tres infecciones virales citadas, para la cual existe vacuna.
Las lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes han sido siempre un problema (según el Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo, INSHT, los cortes o pinchazos representan el 50% de los riesgos de accidentes en el puesto de trabajo) presente en la actividad profesional de la enfermera, significando el mayor riesgo al que se expone en su trabajo diario. Estamos hablando, por ejemplo, cuando una enfermera se pincha al administrar una medicación, canalizar una vía a su paciente o hacer una cura, aunque existen otras muchas situaciones de riesgo. Por tanto, los profesionales de enfermería constituyen la categoría profesional con mayor exposición y afectación ante el riesgo laboral de inoculación por accidente biológico, dada la naturaleza de su actividad habitual; así se ha puesto de manifiesto en estudios relevantes como es el caso del Estudio EPINETAC realizado por el grupo de trabajo de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, durante los años 1996 a 2002.
Por todo esto es de vital importancia minimizar cuanto sea posible este riesgo laboral, estableciendo medidas de protección tanto colectivas como individuales, así como procedimientos de trabajo adecuados.
Por último, aunque es un problema al que debemos poner remedio, debemos resaltar que es evitable y que en el caso de producirse, la mayoría de veces este contacto no produce infección ya que depende de factores como el patógeno implicado o el tipo de exposición. En el caso de paciente VHB positivo el riesgo de transmisión oscila entre 37%-62% y 23%-37%. En caso de que el paciente sea VHC positivo, el riesgo de transmisión es aproximadamente 1.8% mientras que si es VIH positivo, el riesgo de transmisión ronda en torno al 0.3% tras una exposición percutánea.
Objetivos de prevención del riesgo
Por todo lo explicado anteriormente, debemos prevenir el riesgo de cortes o pinchazos ya que compromete la seguridad e integridad de los profesionales de nuestro sistema sanitario. Debemos reducir las infecciones asociadas a este tipo de accidentes. Además, la seguridad laboral del personal es un requisito indispensable para el desarrollo de cualquier profesión, como así lo recoge la legislación vigente del Ministerio de Trabajo y Economía Social con el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención y la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales.
Además hay una normativa específica para las profesiones sanitarias sobre bioseguridad, que implantó la Unión Europea y se extendió al panorama nacional: el 21 de junio de 2010 entró en vigor la Directiva 2010/32/UE que aplicaba el Acuerdo marco europeo para la prevención de lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes en el sector hospitalario y sanitario. El Estado español incorporó la citada Directiva europea al derecho interno mediante la Orden Ministerial ESS/1451/2013, de 29 de julio, por la que se establecen disposiciones para la prevención de lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes en el sector sanitario y hospitalario.
La Directiva es una “norma de derecho necesario mínimo e indisponible”, es decir, su cumplimiento es inexcusable y no admite ningún argumento o razón que pueda justificar su no aplicación, o la aplicación parcial o aplazada; en cualquier caso, pueden ser mejoradas y desarrolladas en la negociación colectiva. Para garantizar su cumplimiento la Mesa Estatal de la Profesión Enfermera –integrada por el Consejo General de Enfermería y por el Sindicato de Enfermería, SATSE– creó en 2014 el Observatorio de Bioseguridad.
Tal y como el sindicato enfermero afirma: “el objetivo es lograr un entorno de trabajo lo más seguro posible, desde el convencimiento de que la salud y seguridad de los trabajadores es fundamental y está estrechamente vinculada a la salud de los pacientes, formando la base de la calidad de los servicios prestados”
En resumen, debemos prevenir el riesgo de cortes para preservar la seguridad de nuestros profesionales y garantizar el derecho a la seguridad laboral que contemplan todas las profesiones y en especial, la nuestra.
Actuación sanitaria
En el caso de que ocurra la exposición, hay que realizar prevención secundaria con el fin de evitar que se desarrolle la infección.
La prevención comienza con la limpieza y desinfección de la herida, la profilaxis post-exposición, el registro y la notificación del accidente, el estudio serológico del trabajador y del paciente fuente y, por último, los consejos pertinentes. La finalidad de la prevención secundaria es la de evitar la seroconversión. Todos los centros sanitarios deben disponer de protocolos escritos de actuación en caso de una exposición de riesgo y de profesionales encargados de la atención urgente del trabajador expuesto.
Prevención del riesgo
Distintos estudios realizados muestran que un 38% de las lesiones percutáneas ocurren durante su uso y un 42% después del mismo y antes de desechar el instrumento.
Para disminuir los accidentes por este tipo de objetos SATSE siempre ha insistido en que debemos seguir las recomendaciones de los expertos, que apuntan a:
o Evitar re-encapuchar
o Usar equipos de protección individual (como guantes, batas, gafas…)
o Fomentar la vacunación entre los profesionales
o Usar dispositivos con mecanismos de protección integrados
o Potenciar actividades formativas e informativas entre el personal sobre el uso de prácticas seguras para el manejo de las agujas y otros elementos cortopunzantes
o Medidas de higiene (muy importante el lavado de manos)
o Desechar los objetos corto-punzantes en contenedores específicos
o Limitar cuanto sea posible el uso de agujas
o Implementar dispositivos más seguros: material o dispositivos de bioseguridad son aquellos equipos e instrumentos que eliminan o disminuyen el riesgo de sufrir una exposición accidental. Hay distintos factores que contribuyen a conseguir un dispositivo seguro, como que funcione de forma pasiva (no requiera activación del usuario) o que haya un color o sonido que permita verificar al enfermero si la función de seguridad está activada o no.
En la actualidad, creo que debemos hacer hincapié en la formación de los profesionales de la salud sobre prácticas seguras, ya que en muchas ocasiones, por la carga de trabajo, la habituación a hacer las técnicas de un cierto modo (que no es el correcto), el exceso de confianza, habernos quedado atrás en la formación continuada y los avances o un exceso de experiencia (profesionales que llevan trabajando muchos años se niegan a cambiar su manera de hacer) no hacemos las cosas de manera adecuada, repercutiendo esto negativamente tanto en el paciente como en nosotros mismos.También sería importante realizar más estudios e investigaciones sobre riesgos laborales con el fin de concienciar y buscar medidas eficaces que disminuyan cuanto sea posible el problema.
Y por supuesto, sería ideal (aunque algo más complicado) que se dotara al SNS de los recursos necesarios para trabajar con los aparatos y dispositivos más novedosos, que garantizan una mayor seguridad.
Conclusiones finales
Tras analizar varios recursos y datos estadísticos, el riesgo de cortes o pinchazos por objetos o instrumental clínico es muy (demasiado) frecuente en el medio sanitario. Hay que destacar que aunque no es lo más frecuente, estos cortes pueden acarrear infecciones graves y que comprometen nuestra seguridad, por lo que hay que poner remedio. Además, de entre todos los miembros del equipo interdisplinar, las más expuestas somos las enfermeras.
Los responsables de nuestra seguridad laboral deberían tenerlo en cuenta y atender a las recomendaciones de los expertos, que están avaladas por numerosos estudios e investigaciones. Por otro lado, me reconforta saber que este tema ha ido adquiriendo importancia con los años (ya que antes pasaba desapercibido) y que las enfermeras (Sindicato y Consejo General) están haciendo lo posible por encontrar soluciones eficaces
Material multimedia
Los accidentes biológicos por inoculación entre las enfermeras/os han ido aumentando progresivamente a lo largo de los años 2013, 2014 y 2015, en hospitales y también en los centros de salud (aunque en menor medida)
El 95,8% de encuestados en hospital afirma que se han producido accidentes biológicos entre las enfermeras/os
El 60,3% de encuestados en centros de salud afirma que se han producido accidentes biológicos por inoculación entre las enfermeras/os.
Referencias
o Los enfermeros vigilarán el riesgo de cortes o pinchazos en centros sanitarios. infosalus.com. (2020). Retrieved 23 April 2020, from https://www.infosalus.com/actualidad/noticia-enfermeros-vigilaran-riesgo-cortes-pinchazos-centros-sanitarios-20160427150106.html.
o Unav.edu. (2020). Retrieved 23 April 2020, from https://www.unav.edu/documents/29841/11687704/riesgos-enfermeria_ene17.pdf/bb2f9a7a-080b-43e4-81ac-8312e2b5435c.
o Bioseguridad | Bioseguridad - Informes. Consejogeneralenfermeria.org. (2020). Retrieved 23 April 2020, from https://www.consejogeneralenfermeria.org/observatorio-enfermero/bioseguridad/informes.
o Insst.es. (2020). Retrieved 23 April 2020, from https://www.insst.es/documents/94886/327401/812+web.pdf/310aa768-fce6-4d0f-b734-da26bffeebc3.
SEGUNDA INTERVENCIÓN
comentario a María Bello Lorenzo
TERCERA INTERVENCIÓN
Esta práctica sobre la prevención de riesgos laborales me parece especialmente útil para nuestro desempeño profesional, porque nos muestra otra cara de la labor enfermera, que son los riesgos a los que nos exponemos. Aunque ninguna profesión está exenta de ellos, quizá las que son de cara a las personas acarrean más riesgo que otras; sobretodo porque nosotras trabajamos con personas vulnerables, que pueden sentirse ofendidas y que, como es normal, responden. Además también debemos lidiar con sus familiares, que en muchas ocasiones ponen en cuestión nuestro trabajo.
Me he dado cuenta de que más riesgos de los que creía. También he conocido la normativa que nos ampara en nuestro puesto de trabajo, y que tanto el Sindicato como el Consejo General de Enfermería se están esforzando por hacer que se cumpla y que estemos protegidas.
Con respecto al riesgo que he trabajado yo, es más frecuente de lo que pensaba (y de lo que a las enfermeras nos gustaría). Aunque ya he hablado antes de medidas eficaces para prevenirlo todo lo posible, creo que lo más importante es que nos formemos; que seamos conscientes de todos los reveses que podemos sufrir para así estar preparadas.
Por último, aunque en nuestra profesión estamos acostumbradas a ganarnos nuestra posición con nuestro propio esfuerzo, sin ayuda, sí que debemos estar amparadas por el gobierno y el sistema sanitario; ya que, en el caso del primero regula las leyes, y en el del segundo, nos proporcionas los medios para que realicemos nuestro trabajo adecuadamente, y debe procurar que contemos siempre con los recursos necesarios.
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