Riesgo de exposición a radiaciones ionizantes
RIESGO DE EXPOSICIÓN A RADIACIONES IONIZANTES
1. PRIMERA INTERVENCIÓN: Presentación
del riesgo detectado.
1.1 INTRODUCCIÓN DEL
RIESGO
La
radiación es energía que viaja en forma de ondas electromagnéticas o partículas
de alta velocidad. Puede ocurrir naturalmente o ser creada por el hombre.
Existen dos tipos:
- Radiación
no ionizante: son
las radiaciones que no poseen suficiente energía para arrancar electrones
a los átomos por lo que no producen ionizaciones. Incluye ondas de radio,
teléfonos celulares, microondas, líneas de alta tensión, radiación
infrarroja y luz visible.
- Radiación
ionizante: son
las radiaciones de mayor energía, por lo que pueden arrancar electrones de
los átomos para producir ionizaciones. Incluye radiación
ultravioleta, radón, rayos X y rayos gamma.
De
los agentes físicos utilizados en el campo sanitario los más peligrosos son las
radiaciones ionizantes que se utilizan en el diagnóstico y el tratamiento
médicos. Sus efectos sobre las personas pueden tener consecuencias para su
salud o para la salud de las de futuras generaciones (riesgos somáticos y
genéticos), por lo que es imprescindible para el personal sanitario conocer las
medidas de protección radiológica en el centro de trabajo en el que se utilizan
estas radiaciones.
En los últimos años el avance de las
tecnologías sanitarias viene propiciando un imparable aumento de las técnicas
que utilizan radiaciones, lo que hace muy necesario el conocimiento por todos
los profesionales sanitarios de los riesgos a los que se pueden someter las
personas (profesionales sanitarios o no) que pueden estar en contacto con este
tipo de agentes en su medio de trabajo, ya que si las radiaciones ionizantes
penetran en los tejidos vivos, pueden provocar importantes efectos biológicos,
como mutaciones en el ADN de las células.
2.1 OBJETIVOS DE
PREVENCIÓN DEL RIESGO
El
objetivo para prevenir el riesgo que supone las radiaciones ionizantes en los
profesionales sanitarios es que estos conozcan las protecciones que hay y las
usen adecuadamente y que intenten exponerse lo mínimo posible a las radiaciones
ya que son perjudiciales para la salud pudiendo provocar numerosas
enfermedades.
3.1 EXPLICACIÓN DE ALGUNA
ACTUACIÓN SANITARIA
Hay
numerosas actuaciones que realizan los profesionales para prevenir la
exposición a las radiaciones, algunas son:
-Identificación
de zonas de trabajo con exposición a radiación.
-Clasificación
de las zonas de trabajo en función de las dosis anuales previstas y el riesgo
de una contaminación o exposición potencial.
-Señalización
de los materiales radiactivos.
-Delimitación
y señalización de zonas: las zonas en la que se trabaja con exposición a
radiaciones se señalizan con el símbolo internacional de radiactividad: trébol
con puntas radiales (riesgo de irradiación externa) o con campo punteado
(riesgo de contaminación).
-Control
de accesos: sólo se permite el acceso a cada zona a los trabajadores
autorizados.
-Formación
e información de los trabajadores: antes de incorporarse a un puesto de trabajo
con exposición a radiaciones, los trabajadores tienen que ser informados sobre
los riesgos existentes y sobre las normas, procedimientos y precauciones de
protección que deben adoptar en cada puesto de trabajo a que pueda
asignárseles.
-Utilizar
trajes y materiales de protección.
-Comprobación
de las disposiciones de protección. El proyecto de las instalaciones en las que
se produce exposición a radiaciones tiene que ser sometido a una evaluación
para comprobar que se han tenido en cuenta las necesidades de protección
radiológica adecuada.
-Cerrar
las puertas de las salas durante el funcionamiento del equipo.
-Los
trabajadores que manejan los equipos estarán siempre protegidos por blindajes estructurales.
-Controlar
la producción y gestión de residuos radiactivos ya que así se reducirá los
riesgos de contaminación e irradiación para los trabajadores.
-Aumentar
la distancia con las fuentes de radiación.
-Usar
dosímetro para medir la radiación que hay en la zona.
4.1 IDEA SOBRE PREVENCIÓN
DE RIESGO
Todas
las actuaciones sanitarias comentadas anteriormente para prevenir el riesgo de
exposición a la radiación son importantes, pero creo que las más efectivas son
señalizar las zonas que tienen riesgo de radiación y enseñar a los
profesionales a utilizar bien los trajes de protección blindados cuando entras
a alguna zona de peligro para reducir la exposición a la radiación.
Otras
medidas que pueden ser útiles para prevenir son:
-Rotar
con compañeros para reducir el tiempo de exposición: cuando sea necesario estar
en una zona de radiación, sería beneficioso que cada 5-10 minutos hubiera una
rotación por otro compañero ya que así se reduciría el tiempo de exposición de
cada trabajador.
-Aumentar
la protección de los trajes que se usan, ya que si los blindajes son más
gruesos se disminuye más la radiación.
-Intentar
comprar nuevas tecnologías que provoquen la mínima radiación posible para que
así los profesionales que tengan que usarlas estén expuestos a menos peligro.
5.1 CONCLUSIONES FINALES
Actualmente,
se llevan a cabo muchas medidas para prevenir la radiación, pero para que estas
funcionen, creo que es importante que se realicen cursos o talleres para formar
a los profesionales y que sepan usarlas bien, para así reducir lo máximo
posible la exposición a la radiación y proteger su salud.
Además,
como el peligro que provoca la exposición a la radiación se observa a largo
plazo y no a simple vista como por ejemplo un corte, creo que este es uno de
los riesgos que menos se tiene en cuenta, por ello, es importante hacer visible
este peligro y que los profesionales lo conozcan y sepan cómo actuar ante él.
6.1 MATERIAL MULTIMEDIA
Aquí,
adjunto un vídeo de un proyecto pionero del Hospital Clínico San Carlos sobre
la gestión de dosis de radiación:
7.1 REFERENCIAS
CALAMA
RODRÍGUEZ, L. (2008). Radiaciones ionizantes: riesgos y protección. En Calvo
Sánchez, M. D. Enfermería del trabajo. Ribarroja (Valencia): Difusión Avances
de Enfermería.
Dorado,
P. (2012). La protección radiológica en el medio sanitario. Madrid:
Consejo de Seguridad nuclear.
2. SEGUNDA INTERVENCIÓN: Análisis
de prácticas compartidas por otros compañeros.
He
comentado la entrada sobre riesgo a las agresiones a profesionales sanitarios,
realizada por Nohely Rizzo.
El
trabajo me ha parecido muy bueno ya que es claro y completo, además, las nuevas
medidas que has aportado para prevenir este riesgo me parecen bastante útiles.
Las
agresiones son uno de los riesgos que más se producen en la profesión
enfermera, pero estas situaciones apenas se conocen ya que son pocos los
profesionales que terminan denunciando. A
lo largo de los años el número de agresiones ha ido aumentando por ello creo
que es necesario informar y educar a los profesionales con las actuaciones que
se deben de llevar a cabo ante una posible agresión para que así estas vayan
decreciendo.
Tras
investigar un poco sobre el tema he encontrado algunas estrategias verbales más
que se pueden realizar ante un paciente conflictivo:
-A
la hora de dar indicaciones o prescripciones debe hacerse de manera clara, concisa
y completa, evitando siempre la ambigüedad y la polisemia. Por otro lado, no se
debe escatimar obviedades que pudieran darse por supuestas, pues hacerlo puede
tener como consecuencia un empobrecimiento de la comunicación eficaz en
contextos formales.
-Dejar
hablar al interlocutor y no interrumpirle de manera gratuita. Interrumpir solo
en el caso de que no se entienda algo importante, cuando se pierda el hilo de
la información, o cuando el interlocutor divague de manera exagerada.
-Manifestar
en todo momento una elevada motivación por el propio trabajo. La desmotivación
es fácilmente captada por quien recibe el servicio, produciendo así, un
descenso de la credibilidad otorgada al sanitario, al tratamiento y, por tanto,
la adhesión al mismo.
Altemir
Cortes, M. (2014). Agresiones al personal sanitario: estrategias de
afrontamiento de la conducta agresiva del paciente.
3. TERCERA INTERVENCIÓN: Valoración
del conocimiento profesional compartido y generado.
Esta
actividad ha sido muy útil para conocer los diferentes riesgos ante los que se
exponen los profesionales de la salud ya que es un tema del que no tenemos
mucha información y considero importante para nuestro futuro como enfermeras. Además,
gracias al blog podemos ver los riesgos que han elegido los demás compañeros y
saber más información sobre ellos aparte del que nosotros escojamos para
realizar nuestro trabajo.
Además,
que podamos comentarnos entre nosotros es una gran idea porque así podemos aportar
a los demás trabajos nuevas medidas, ideas o consejos que a nuestros compañeros
no se le han ocurrido y que pueden ser eficaces para prevenir el riesgo que hayan
tratado.
En
nuestra profesión existen muchos riesgos que apenas conocemos o tenemos en
cuenta, por ello, es necesario más actividades como esta, para así poder
conocerlos y saber las medidas de seguridad que hay que utilizar en cualquier
situación para no poner en peligro nuestra salud.
Considero que ha hecho un trabajo muy completo de uno de los riesgos laborales que está más presente en nuestro sector laboral. La dificultad de prevención y consciencia de este riesgo es que se considera “invisible”, es decir, no notas los efectos dañinos de este hasta pasado meses o incluso años. Sin embargo, esto no quiere decir que sus consecuencias sean leves, más bien al contrario. Por eso mismo, veo fundamental la importancia que tiene tratar este tema.
ResponderEliminarRespecto la medida que ha sugerido mi compañera, exponiendo que los trabajadores roten para reducir así el tiempo al que se expone, podríamos dividir a los trabajadores y trabajadoras, que se consideraren expuestos a una dosis superior a 1 mSv por año oficial, en dos categorías:
- Categoría A: personas que, por las condiciones en que se realiza su trabajo, pueden recibir una dosis superior a 6 mSv por año oficial o una dosis equivalente superior a 3/10 de los límites de dosis equivalente para el cristalino, la piel y las extremidades.
- Categoría B: personas que, por las condiciones en que se realiza su trabajo, es muy improbable que reciban dosis superiores a 6 mSv por año oficial ó 3/10 de los límites de dosis equivalente para el cristalino, la piel y las extremidades.