ENFERMERÍA Y EL RIESGO DE FATIGA FÍSICA Y MENTAL

ENFERMERÍA Y EL RIESGO DE FATIGA FÍSICA Y MENTAL

PRIMERA INTERVENCIÓN

1. INTRODUCCIÓN DEL RIESGO
Una ineficaz gestión de los riesgos laborales provoca efectos en la salud de los trabajadores. Los profesionales sanitarios están muy expuestos a números riesgos laborales. A continuación, comentaré los riesgos de fatiga física y mental en el ámbito sanitario.
En primer lugar, el riesgo de fatiga física puede provocar diversas lesiones como lumbalgias, dorsalgias, alteraciones osteoarticulares, afectaciones de los músculos del antebrazo (síndrome del codo de tenis), tendinitis de De Quervain (irritación de los tendones de las muñeca que permiten la movilidad del pulgar), pérdida de sensibilidad u hormigueo en los dedos de mano debido a una inflamación del nervio mediano del túnel carpiano (síndrome del túnel carpiano), etc…
La exposición de los profesionales sanitarios a estos riesgos es muy grande, debido a que en su trabajo es común la adopción de posturas forzadas o incorrectas durante periodos de tiempo prolongados. Los más expuestos son las enfermeras, los auxiliares de clínica, los celadores y asimilados. Además, es importante mencionar a los sanitarios que pasan gran parte del tiempo frente a las nuevas tecnologías, provocando la adquisición de posturas perjudiciales (inclinaciones de cuello y cabeza, movimientos repetitivos, flexión de manos…).
Por otro lado, en cuanto al riesgo de fatiga mental, esta se produce cuando la capacidad de respuesta del sanitario es superada por las exigencias personales del mismo. La fatiga mental es muy común en los trabajadores de la salud, debido a que estos tienen un alto grado de autoridad, autonomía y responsabilidad sobre las personas.
Las situaciones conflictivas y las agresiones obligan al profesional resolver el desacuerdo mediante unas habilidades interpersonales que consigan evitar conflictos, marcando unos límites que no se pueden pasar y dando una buena imagen como trabajador sanitario, por lo que también pueden desembocar en fatiga mental.
La principal consecuencia es la aparición de fatiga, que suele desaparecer con el descanso adecuado. Sin embargo, si no se realiza un descanso y un alivio de la fatiga se producirá en la persona una disminución de la atención, de la capacidad de respuesta y de la memoria, y un aumento de los errores e imprecisiones. A nivel laboral, las consecuencias más graves serían una menor dedicación a los pacientes, una disminución de la calidad del trabajo, la aparición de insatisfacción o de un enrarecimiento del ambiente en el trabajo, absentismo, o incluso el abandono profesional.
La fatiga mental, dependiendo de las características personales y de las situaciones, puede afectar de maneras diferentes a cada persona, provocando consecuencias físicas, psíquicas y sociales.

2. OBJETIVOS DE PREVENCIÓN DEL RIESGO
El objetivo principal sería prevenir mediante una serie de medidas la aparición de la fatiga física y mental en los profesionales sanitarios. Al reducir el riesgo de aparición de la fatiga laboral conseguiríamos evitar algunas consecuencias de esta, como la aparición de afecciones musculo-esqueléticas o impedir un peor rendimiento de los sanitarios durante su jornada.

3. EXPLICACIÓN DE ALGUNA ACTUACIÓN SANITARIA
Con el objetivo de prevenir la fatiga física considero que lo más efectivo sería la adopción de una serie de actuaciones sanitarias a través de las cuales se consiga reducir el riesgo. Algunas de las medidas que podemos considerar son:
  • Evitación de actividades que requieran movimientos continuos y repetitivos, inclinaciones de la columna, torsiones del tronco, posturas corporales incorrectas y forzadas…
  • Para evitar posturas forzadas y que la postura habitual no sobrecargue la espalda, se deben de diseñar de manera ergonómica aquellos puestos de trabajo que tengan relación con los equipos electromédicos.
  • Intentar que cuando se esté ejerciendo una actividad con un paciente los brazos del profesional se sitúen por debajo de la altura del corazón y por encima del abdomen.
  • Durante el trabajo intercalar posiciones de pie y sentado.
  • Cuando se trabaje sentado mantener la espalda recta, y procurar que haya espacio para poder mover las piernas con libertad. Evitar giros e inclinaciones del tronco, y malas posturas.
  • Cuando se trabaje de pie, evitar posturas estáticas apoyando el peso del cuerpo sobre una sola pierna. Si es posible utilizar reposapiés (de 10-20 cm de alto).
  • Sustituir la manipulación manual de cargas por la manipulación mecánica (ejemplo: movilizar a un paciente con los dispositivos especializados).
  • Tener en cuenta la edad, la capacidad física, la estatura, la formación… de cada trabajador para planificar las actividades y que no sean perjudiciales para ningún sanitario.
  • Utilizar un calzado cómodo y adecuando, que no se deslice y que tenga un tacón de unos 5 cm de grosor. En cuanto a la vestimenta, debe de ser cómoda y holgada, que no dificulte el movimiento.
  • Alternar actividades poco exigentes con otras más repetitivas.
  • Evitar desplazamientos durante la manipulación de cargas.
  • Antes de realizar un levantamiento, revisar el peso de la carga.
  • Facilitar EPIs (muñequeras, calzado, guantes, fajas…) cuando la manipulación de cargas deban de hacer manualmente.
Por otro lado, para tratar de prevenir la fatiga mental, propongo las siguientes medidas llevadas a cabo por el sistema sanitario:
  • Evitar la memorización excesiva de información mediante la utilización de pequeñas libretas, escritos, listados, esquemas, gráficos…
  • En una situación en la que el esfuerzo mental se vea incrementado y haya una mayor dificultad para comprender la información y conseguir concentrarte en la tarea (ejemplo: ruido ambiental), se recomienda organizar los instrumentos de forma que su normal funcionamiento no entorpezcan la concentración.
  • Organizar las actividades por grado de prioridad para gestionar bien el tiempo y tener un mayor control sobre el trabajo. La existencia de unos criterios que definan que situaciones pueden ser resueltas por ti mismo y cuales requieren la ayuda de otros compañeros pueden ayudar.
  • Alternar las tareas.
  • Diseñar las tareas de tal forma que la información sea clara y se perciba de manera adecuada, se entienda e interprete, para facilitar la respuesta del sanitario.
  • Intentar controlar nuestras reacciones y emociones (enrojecimiento, palpitaciones, temblores, respiraciones aceleradas) en las situaciones conflictivas, tanto con pacientes como con compañeros. Para ello, algunos consejos pueden ser mantener la calma, utilizar frases cortas que ayuden a controlar la respiración o hablar de manera pausada. Después, es recomendable tomar un pequeño descanso para relajarte.
  • Respetar en todo momento los horarios de alimentación, sobre todo si tu puesto de trabajo implica cambios de turnos.
  • Si el trabajo se realiza en horarios nocturnos, los cambios de turno deben de respetar el ciclo vigilia-sueño, es decir, estos tienen que ser entre las 6-7 / 14-15 / 22-23 horas. Además, es recomendable que el número de jornadas consecutivas nocturnas sea mínimo.

4. IDEA SOBRE PREVENCIÓN DEL RIESGO, QUE CONSIDERÉIS QUE PUEDE SER MÁS EFECTIVA EN LA ACTUALIDAD. PROPUESTA DE NUEVA FORMA DE PREVENCIÓN
La medida más efectiva para prevenir la aparición de la fatiga física y mental es el establecimiento de pausas distribuidas a lo largo de la jornada laboral. Estos descansos consisten en despejar la mente durante unos minutos, cambiar de postura, incorporarse para ejercitar los músculos… para descansar tanto física como mentalmente.
Lo recomendable es que estas pausas se realicen de manera espontánea, de manera voluntaria y por iniciativa del trabajador. Así, la persona ajustará las pausas según como se encuentre y el nivel de fatiga que tenga.
Si nuestro puesto de trabajo no posibilita la realización de pausas espontáneas, se debe de habilitar un sistema que permita regular el tiempo de descanso teniendo en cuenta la carga de trabajo.
En general, lo más efectivo es realizar pausas cortas y frecuentes, con una duración muy pequeña (entre 5 y 15 minutos), sobre todo si las actividades realizadas son repetitivas y manuales. Sin embargo, en caso de que las actividades necesiten de una mayor concentración mental, es preferible que las pausas sean menos frecuentes, pero más prolongadas (en torno a los 15 y 20 minutos).
Además, una alimentación buena y equilibrada, una actitud positiva y un buen descanso, pueden favorecernos y ayudar a prevenir la situación.

5. CONCLUSIONES FINALES
Como conclusión, creo que la fatiga laboral es uno de los principales problemas en la sanidad, sobre todo en las enfermeras de nuestro país, debido a que estas atienden a una mayor  media de pacientes que la mayoría de países de Europa. Además, como consecuencia de la pandemia del Covid-19, es un conflicto que se está viendo acentuado en este momento, ya que muchos profesionales sanitarios terminan sus jornadas laborales agotados tanto física como mentalmente.
Por tanto, es muy importante que los profesionales sigan las recomendaciones descritas en los puntos anteriores, sobre todo durante la crisis sanitaria que estamos sufriendo. En mi opinión, creo que lo más beneficioso para los profesionales sería tomar pequeños descansos durante la jornada, en los que se les permite despejar la mente y puedan recuperar fuerzas para seguir trabajando. Esto también sería bueno para los pacientes, puesto que los sanitarios tendrán un mayor rendimiento y tratar a las personas más eficazmente.

6. MATERIAL MULTIMEDIA: VÍDEOS, IMÁGENES REPRESANTATIVAS, CANCIONES…

7. REFERENCIAS
Anade. (25 de Abril de 2019). Obtenido de http://blog.anade.com/como-prevenir-los-riesgos-laborales-mas-comunes-en-sanidad/

http://www.juntadeandalucia.es/empleo/recursos2/material_didactico/comun/prevencion_riesgos_laborales/sanidad/cuaderno.pdf. (s.f.). Junta de Andalucía, 23-24.

Nieto Morales, C., Nieto Cabrera, L., & Jiménez Peña, M. (2015). Los efectos del trabajo en el personal sanitario. Madrid: DYKINSON.

Prevención de riesgos: Prevención de riesgos laborales en el sector sanitario. (s.f.). Obtenido de Rioja Salud: https://www.riojasalud.es/profesionales/prevencion-de-riesgos/872-prevencion-de-riesgos-laborales-en-el-sector-sanitario?start=3

SEGUNDA INTERVENCIÓN

Le he comentado a mi compañero Jerónimo López Núñez.

TERCERA INTERVENCIÓN

En el blog elaborado por todos los compañeros de segundo de Enfermería podemos apreciar la gran cantidad de riesgos laborales presentes en el contexto sanitario, y las consecuencias que estos pueden provocar tanto en los pacientes, como sobre todo en los propios trabajadores sanitarios. Por tanto, opino que esta actividad nos ayuda a visualizar el lado menos conocido y más olvidado de la enfermería, y del resto de profesiones sanitarias.
Todos los inconvenientes expuestos en el blog me han ayudado a reflexionar sobre las grandes dificultades que tiene nuestra futura profesión, y pienso que, tanto a nivel político como a nivel ciudadano, son necesarios una serie de cambios y medidas que faciliten el cuidado de las personas, a la misma vez que se asegure la salud de aquellos  que cuidan.
Para terminar, pienso que como profesionales de la salud nuestro deber es mejorar la salud de las personas, sin embargo, eso no implica que tengamos que descuidar nuestro propio bienestar.

Comentarios

  1. Este riesgo elegido por mi compañero es uno de los que más están presentes en la vida laboral de un enfermero. Además, creo que está muy bien elegido ya que ahora mismo está más presente que nunca debido a la situación que vivimos, con el Covid-19.
    Es imprescindible que todos los profesionales tengan constancia de este riesgo, ya que como he dicho, suele estar muy presente. También debemos intentar prevenir este problema con las recomendaciones como las que ha indicado nuestro compañero.
    Evitar estos problemas beneficiarían tanto a trabajadores como a pacientes, ya que se mejoraría el rendimiento del profesional

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  2. Bajo mi punto de vista, el riesgo de fatiga física y mental, es un factor que muchas veces puede pasar demasiado desapercibido con respecto a la importancia que tiene. Esto es probablemente debido a que el ser humano es egoísta por naturaleza, y las personas ajenas a esta profesión pueden caer en el error de pensar que los cuidadores no necesitamos ser cuidados, y nada más lejos de la realidad. Existen pocas profesiones en las que el trabajador se encuentre tan expuesto, no sólo a un riesgo evidente de contagio a diferentes patologías, sino también un riesgo de sobrecarga muscular y en ocasiones una fatiga mental provocada sin duda por el mal resultado del tratamiento de un paciente que en ocasiones pueden conllevar al fallecimiento del mismo, el cual a nosotros en particular puede llegar a afectarnos de manera más notable puesto que nosotros somos al fin y al cabo los que más tiempo pasamos con los pacientes.
    Antes de terminar, pienso que el método de exponernos todas estas ideas es el adecuado y destacar la espectacular elección del contenido multimedia que cómo no, ayuda a esclarecer aún más los argumentos expuestos.
    Por todo esto, agradecer desde aquí a mi compañero por haber elegido esta temática y darle la importancia que se merece.

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